viernes, 25 de febrero de 2011

FACHADA/IMAFRONTE CATEDRAL DE MURCIA (JAIME BORT)

La Obra propuesta para comentar es la fachada o imafronte de la catedral de Murcia. Realizada por el arquitecto Jaime Bort entre 1736 y 1754 por iniciativa del cabildo y, en especial, del cardenal Belluga, con esta obra se finalizaba la construcción de la catedral que había comenzado en el siglo XV.

La fachada es concebida como una enorme fachada-retablo en piedra siendo más una obra escultórica que arquitectónica. Se organiza en tres cuerpos separados por grandes columnas corintias cuyas bases y entablamentos sobresalen otorgando movimiento a la fachada, denotan la división del interior en tres naves y acentúan de esta forma el sentido de profundidad. Se abren tres puertas, que corresponden a las tres naves del interior. La puerta central, llamada del Perdón, está reservada a los personajes reales, a la izquierda, la de San Juan para el Obispo, y a la derecha, la de San José, para las autoridades municipales. Los cuerpos laterales se rematan con una balaustrada mientras que en el central se levanta un segundo cuerpo que se remata con una bóveda de cuarto de esfera y una cornisa. Dos volutas unen los cuerpos laterales al central mientras que están ambos cuerpos flanqueados por dos torrecillas semicirculares coronadas por cupulillas. Se recurre en la fachada al uso de diferentes materiales y colores (piedra blanca, verde y gris) creando efectos de policromía que junto al movimiento de la fachada y a los contraste de luces y sombras consecuencia de la distinta profundidad de los elementos arquitectónicos, hacen de esta fachada un claro exponente del arte barroco.

Toda la fachada está cubierta de relieves y estatuas, concebida como si se tratase de un retablo. Sobre la puerta central se representa el tema de la Coronación de la Virgen, el milagro de la Cruz de Caravaca y rematando la fachada un relieve que representa la asunción de la Virgen. Rematando la fachada había una escultura del apóstol Santiago que fue suprimida en 1803 por su elevado peso. El resto de los elementos que componen el imafronte son: símbolos y alegorías de las letanías, figuras de los santos más característicos del Obispado, como los cuatro santos de Cartagena (San Leandro, San Fulgencio, San Isidoro y Sta. Florentina), la estatua de Fernando III el Santo, que porta la ciudad de Murcia, simbolizando la incorporación del Reino a la Corona de Castilla, así como figuras de santos (Santo Tomás, Santa Teresa, San Hermenegildo, etc…).

Nos encontramos ante una de las obras más representativas del barroco español. A mitad de camino entre la arquitectura y la escultura, toda la fachada es concebida como una exaltación de la Archidiócesis de Cartagena y está dedicada a la Virgen. Así junto a la representación de la Asunción y Coronación de la Virgen, aparecen diferentes símbolos marianos (como el jarrón con azucenas) y santos vinculados a dicha diócesis. La escultura de Santiago que coronaba el edificio hace alusión a la tradición que sitúa en el puerto de Cartagena la supuesta entrada que hizo el apóstol en la península para predicar. Por otro lado aparecen dos reyes santos también vinculados con la historia de la archidiócesis como San Hermenegildo y San Fernando, llevando éste último sobre sus manos una maqueta de la ciudad de Murcia, conquistada bajo su reinado. Así mismo aparecen los santos más importantes originarios de la diócesis. En los extremos aparecen los "pilares" de la Iglesia representados por los santos Pedro y Pablo así como por Santo Tomás y santa Teresa de Jesús.

Para concluir hay que decir que la fachada de la Catedral de Murcia no es sólo es la última gran obra del barroco español sino una de las más importantes por su riqueza decorativa y calidad escultórica hasta el punto de que creó una escuela de escultores paralela a la creada por Salzillo y que convierte a Murcia en uno de los focos escultóricos más importantes del siglo XVIII.

SAN CARLINO ALLE QUATRO FONTANE- EXTERIOR Y PLANTA (BORROMINI)

La obra a comentar es la planta y fachada de San Carlino alle Quatro Fontane de Borromini, cronológicamente datada en 1638-1641 (primera mitad del S. XVII) y la fachada de 1667 (segunda mitad del S. XVII), en Roma. Responde a las características del arte Barroco.

San Carlino la primera obra independiente que dirigió en Roma, San Carlo alle quattro fontane, iglesia que por estar dedicada a San Carlos Borromeo, sugirió el nombre artistico (Borromini) con el que se le conoció en Roma para siempre.

En planta presenta esta iglesia una disposición curiosa, pero causante del milagro de concepción espacial que se produce en este edificio de reducidas dimensiones. Se trata en realidad de una planta centralizada, formada por dos triángulos equiláteros unidos por su base, lo que vendría a configurar una forma romboidal. Ocurre no obstante que esta forma base se dinamiza al disponerse los muros alabeados, es decir, curvados u ondulantes.

A ello se añade también para acentuar el movimiento la disposición de dieciséis columnas adosadas, que subrayan el juego de concavidades y convexidades que a la postre remarca los contrastes de luz y sombra que "movilizan" el conjunto espacial. Y no contento con todo ello, se intensifica ese juego de contrastes y formas entrantes y salientes por medio de hornacinas y nichos con estatuas. También los materiales utilizados tienen su papel en el dinamismo conseguido, utilizándose un material dúctil como el ladrillo, revestido de estuco blanco.

En alzado destacaría el remate de la construcción por medio de una cúpula oval, decorada con un artesonado, de formas geométricas diversas (octogonales, cruciformes y hexagonales), de tamaños decrecientes, que iluminados directamente por la linterna superior contribuyen lógicamente a crear nuevos juegos de luces y contrastes.

Todo el conjunto del espacio interior así configurado se convierte en un ejemplo paradigmático de la arquitectura barroca. Primero por la tensión visual, conseguida por el juego de líneas y de luces. Y después por el efecto teatral del conjunto interior, en el que el espectador desde luego, no puede evitar participar con su atención en la configuración del espacio. Además, dicha disposición soluciona magistralmente el efecto de una sensación de amplitud, en el espacio de un edificio cuyas dimensiones son realmente pequeñas. A ello contribuye la combinación de una planta centralizada, con el sentido longitudinal de la forma elíptica, y la sensación creada por espacio moldeable, que parece alargarse y ampliarse por efecto de los juegos visuales y de la tensión que ello crea.

En cuanto a la fachada habría que decir que fue la última obra realizada por Borromini, y por tanto realizada muchos años después de que terminara la iglesia. También es muy original, en parte al construirse la iglesia en la confluencia de dos calles muy estrechas y angostas, por lo que el arquitecto volvió a verse obligado a moldear la arquitectura para adaptarla a un espacio pequeño. Así debe cortar la esquina en chaflán para aumentar la visibilidad del frontis, y volver a utilizar el esquema ondulante de formas cóncavo-convexas-cóncavas en los elementos de la fachada, para adaptarse al espacio y fingir una amplitud mucho mayor de la que en realidad tenía.

En altura se divide en dos pisos, en los que se añaden todo tipo de elementos ornamentales: hornacinas con las estatuas de San Carlos Borromeo en el centro y los fundadores de la Orden en las laterales y además columnas, nichos vacíos, entablamentos vigorosos, balaustradas, ventanales, fuentes, grutescos, figuras, medallones etc, que dotan al conjunto de una gran movilidad, sin perder por ello, y esa es su gracia, su sentido de unidad y de monumentalidad.

SAN CARLINO ALLE QUATRE FONTANE (BORROMINI)

SAN ANDRÉS DEL QUIRINAL (BERNINI)

La diapositiva a comentar corresponde a la planta de un edificio religioso, concretamente a la iglesia de San Andrés en el Quirinal. Pertenece al barroco italiano y su autor es Gian Lorenzo Bernini, un excelente arquitecto.

Esta iglesia fue un encargo del cardenal Pamphili para los novicios de la Compañía de Jesús. Es un edificio de reducidas dimensiones, utiliza una planta centralizada, oval en este caso, rematada por una cúpula de clara influencia clásica inspirada en construcciones de la Antigüedad, como el Panteón.

Se observa que la entrada tiene un acceso de escalinata curva y en su lado opuesto se encuentra el altar mayor en un ábside flanqueado por columnas corintias de gran tamaño, situado en un ábside, por lo que contrasta la escalinata convexa y el ábside cóncavo. En el interior se observan los siguientes elementos arquitectónicos: pilastras y columnas corintias, está decorado con esculturas, elementos arquitectónicos, tímpanos partidos, tímpanos semicirculares, cornisas, molduras, mármoles de diferentes colores…

En torno al eje mayor se disponen a un lado y a otro cuatro capillas y la entrada por el lado menor hace que se produzca un efecto de expectación al observar la panorámica del recinto de pequeñas dimensiones, por tamaño y por la decoración se le ha tratado como una escultura. La cúpula oval deja pasar la luz por s integradas en el muro. Se conjuga arquitectura con escultura, es un espacio cuidado que provoca emoción, el tambor horadado y por la linterna deja pasar la luz que provoca la escenografía propia del barroco. Su interior está cubierto con mármoles de colores.

En la fachada se conjuga lo clásico con las grandes pilastras del orden gigante. En la entrada se observa un pórtico curvo que da una sensación de frontalidad. El pórtico columnizado está decorado por la corona de su patrón Camillo Pamphili.

En esta obra barroca se pueden aplicar todas las características propias del Barroco, desde poseer una planta original oval (otras fueron las elípticas), conjugar las formas mixtilíneas jugando con las líneas curvas y rectas, lo cóncavo y convexo para dar movilidad a la obra, emplea el orden gigante sin olvidar los otros ordenes clásicos, usa la variedad de decoración novedosa en los frontones y cornisas partidas, la fastuosas decoración de mármoles y esculturas aplicadas a los muros y a las hornacinas, la luz cobra importancia al introducirse por la cúpula y crear juego del claroscuro propio del escenario barroco.

San Andrés fue un referente para los Jesuitas puesto que en su profesión San Andrés fue pescador y los jesuitas se consideraban pescadores de almas.

SAN ANDRÉS DEL QUIRINAL (BERNINI)

PLAZA DE SAN PEDRO DEL VATICANO (BERNINI)

La imagen a comentar es la plaza de San Pedro del Vaticano. Su autor es Gian Lorenzo Bernini, y este comenzó a construirla entre 1656 y 1667. Se encuentra en Roma, enfrente de la Basílica de San Pedro del Vaticano.

Partiendo de la fachada de la Basílica de San Pedro, Bernini planteó la construcción de una plaza cerrada, con dos brazos laterales y un tercero que la aislaba, creando un espacio diferenciado y recoleto. Tras este tercer brazo de la plaza se encontraba originalmente una manzana de casas, el Borgo Leonino, adaptándola así al contexto urbanístico. Este tercer brazo no se llegó a construir, quedando la plaza con un aspecto muy similar al actual.

La plaza de San Pedro se compone en realidad de dos plazas tangentes, una de forma trapezoidal y otra elíptica. La plaza trapezoidal se cierra hacia nuestro frente reduciendo ópticamente la fachada de la basílica realizada por Maderno y logrando que los espectadores situados en la plaza elíptica perciban la concepción original de la cúpula de Miguel Ángel.

La zona elíptica está rodeada por un pórtico de columnas y pilares de orden toscano rematado por una balaustrada en la que se colocan estatuas de santos y mártires. Esta zona se concibió como lugar de reunión de los fieles, mientras que los lados rectos facilitaban la visión de la fachada desde la que el Papa realizaba determinados actos.

Con la forma oval se conseguía que los brazos porticados envolvieran simbólicamente a los fieles, tal como desea hacer la Iglesia católica.

Al plantear su obra, Bernini tuvo que resolver distintos problemas. Por un lado, estaban los meramente topográficos, como los desniveles que tenía el terreno y, por otro, estaban los conceptuales.

Entre estos últimos se encontraba el hecho de que la plaza debía servir como antesala de la iglesia más importante de la cristiandad. Además, en esta plaza se celebrarían actos litúrgicos que requerían un espacio amplio que acogiera a numerosas personas, pero también que permitiera la visibilidad, para que los fieles pudieran ver al Papa cuando se asomaba a su balcón. Por último, la propia forma de la plaza debía manifestarla unión de la Iglesia con el pueblo, es decir, la unión de la basílica con la ciudad de Roma.

Bernini concibió la columnata para provocar sorpresa en el espectador, que, al llegar a la zona elíptica, se encontraba de súbito con la basílica de San Pedro.

PLAZA DE SAN PEDRO DEL VATICANO (BERNINI)

PLAZA DE SAN PEDRO DEL VATICANO (BERNINI)

TUMBA MEDICIS (MIGUEL ÁNGEL)

viernes, 4 de febrero de 2011

TUMBA DE GIULIANO MÉDICI- EL DÍA Y LA NOCHE (MIGUEL ÁNGEL)

Esta obra corresponde a Miguel Ángel, al que la familia Medici encargó esta obra funeraria. Fue construida entre 1521 y 1534, durante la época del Quattrocento del Renacimento Italiano donde se pretende volver a la armonía y la idealización de la época clásica.

Esta obra se encuentra en la Basílica de San Lorenzo en Florencia. Las capillas sirven de mausoleo para enterrar a los más jóvenes de la familia Medici ya que los más antiguos están enterrados en una sacristía anterior.

Realizó dos tumbas dispuestas una enfrente de la otra para los duques de Medici, Lorenzo y Giuliano. Esta corresponde a la de Giuliano. Su material de construcción era el mármol y no se policromó. Ambas tumbas se disponen sobre altos zócalos y cuentan con tres hornacinas interrumpidas por entablamentos. En la hornacina central están representados cada uno de los duques en actitud sedente. Delante de los zócalos los sarcófagos acogen imágenes alegóricas, encima del sarcófago de Giuliano se disponen dos esculturas que representan la noche y el día. El día se representa como un hombre altivo como el sol naciente, y la noche en forma de mujer vuelta como en una posición para descansar. Una lechuza aclara más aún lo que representa, y aunque la escultura es una mujer su cuerpo correspondería al de un hombre si no fuera por sus atributos de mujer pues Miguel Ángel adoraba la anatomía humana y sobre todo la del hombre. Las tres esculturas así lo muestran.

En el centro, Giuliano está representado en actitud serena, activa y vigilante con el cuello vuelto mirando hacia la capilla de la virgen, mientras que Lorenzo se muestra pensativo, introspectivo. Todo esto forma una estructura piramidal. El duque aparece idealizado y vestido con armadura romana, ya que en esta época se intenta volver a la gloriosa época Romana, y como símbolo de poder se comparan con los gloriosos generales romanos con su armadura. Las figuras son representadas sin ninguna imperfección en sus cuerpos y en sus caras ya que si tenían alguna se retocaba como en la época clásica. Sobresale el modelado escultórico de las figuras alegóricas con posturas de exagerados escorzos que parecen salirse del material en que fueron talladas.

La obra de miguel sigue con las características propias, anatomía tensa, rostro que expresa la pasión, el drama en la “terribilitá”; en Giuliano la torsión, el rostro expectante, el cuerpo girado puede recordar al Moisés de la tumba de Julio II aunque la expresión no es tan dura. La escultura de Miguel ángel representa la ruptura con el clasicismo.

Esta obra se halla situada en la iglesia de San Lorenzo, en Florencia.