La Sagrada familia, es una escultura del S.XVIII, hacia 1735, pertenece a la 1ª Etapa de la vida de Francisco Salzillo que fue un escultor barroco español, considerado como el más representativo imaginero del siglo XVIII español y uno de los más grandes del Barroco. Salzillo se dedicó en exclusiva a la temática religiosa. Está situada en la capilla de la nave lateral derecha de la iglesia de San Miguel en Murcia y es una de sus primeras obras en las que está presente aún la influencia paterna.
La iconografía aquí presente fue algo común a partir del Renacimiento como devoción propia de la burguesía. La composición es originalísima, acaso inspirada en un cuadro anónimo que había en la iglesia de Santa Eulalia o en el que hubo en una sala del Palacio Episcopal de Murcia, ambos destruidos.
El grupo, concebido como una sacra conversazione (iconografía que ya se utilizó en el gótico y luego fue muy utilizada en el Renacimiento), se representa a la Virgen con el Niño y San José que reciben la visita de Santa Ana y San Joaquín (padres de la Virgen) todas las figuras giran en torno al Niño que sostiene María en sus brazos, describiendo actitudes propias de un ambiente místico y familiar. Los protagonistas aparecen en actitud de conversar, en esa doble visual salzillesca de aunar lo humano y lo divino. Salzillo es muy dado a representar escenas sagradas como situaciones cotidianas.
La composición sería en base piramidal, pero alargando la diagonal que parte de Santa Ana y llega a S. José (formaría un triángulo equilátero), agrupando a la izquierda a los varones y contrarrestando el mayor peso volumétrico de esta zona, con la imagen del
Es de pequeñas dimensiones, realizada en madera con la técnica del lienzo encolado, talla y policromía, aunque abundantes los tonos dorados, verdes, rosados y azules.
(Sólo son talla la cabeza, las manos y los pies, el resto es enlienzado.) A la policromía de intenso colorido, donde podemos también observar la técnica del estofado, por ejemplo la túnica de la Virgen, las mangas de los trajes… y el plegamiento de las telas. El brillo de las carnaciones y un expresivo lenguaje de manos y un notable juego de luces y sombras.
El lenguaje de las manos infunde en los personajes una sensación de movimiento que nos envuelve (que podemos observar sobre todo en la pierna de San Joaquín), Santa Ana dirigen sus manos hacia la figura central de María, parece ser también una especie de reverencia.
San Joaquín parece estar explicando algún asunto y Santa Ana induce a pensar que esta llamando al Niño a sus brazos. Por otra parte, María arrulla al Niño con gran delicadeza y san José, inclinado sobre una columna en que descansa un codo, apoya la barbilla en la mano. Sin duda, Salzillo domina la anatomía humana, el tratamiento de las manos y el cuello así lo demuestran.
La recuperación de la talla, realizada por el Centro de Restauración de la Región de Murcia, consistió en análisis UVA, exploración endoscópica, consolidación, limpieza físico-química, estucado, reintegración pictórica y barnizado final de protección. Durante el proceso de restauración de la talla se descubrió un documento manuscrito. Era un documento formado por cuatro pequeños fragmentos de distinto tamaño en soporte de papel escritos por ambos lados.
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