lunes, 28 de marzo de 2011

MUJER DE LA RAYA VERDE (MATISSE)

El cuadro a comentar representa el retrato de la esposa de Matisse, obra fauvista de 1905. Es un retrato colorista que define a la perfección el momento por el que el autor se identifica con sus “fauves” sus composiciones preferidas, sus fieras particulares. La mujer, seria y en posición de posar para el retrato, desvía ligeramente su mirada del frontal del cuadro, ofreciendo un aspecto de tranquilidad y al mismo tiempo de tensión.
Pero lo más importante de la composición es el juego de líneas y de colores que definen el retrato, líneas que definen bruscamente el límite de las formas de la cara y el vestido, y colores poco mezclados, dibujados con aparente falta de orden, y con falta de sentido común en la aplicación. Destaca sobre todo la famosa raya verde que da título al cuadro, y que delimita de una forma brusca los dos lados de la cara. Y que para definir la zona más iluminada de la más oscura se emplean dos colores como el naranja y el rosa, que no se corresponden con una representación naturalista de un retrato. La composición de colores del cuadro produjo un especial horror, la gama de colores brillantes no sólo se aplicaban al fondo o a las ropas, sino al rostro, lo que hacía la pintura aún más provocativa.

Matisse en esta obra combina la idea pictórica de la saturación de color, ejemplo de su estilo, con un tema más íntimo y privado, el retrato de su mujer. Su estilo se decanta cada vez más por un sentido decorativo de la pintura. Matisse no ha pintado la escena tal como la veríamos realmente, y por qué habría tenido que hacerlo, no es mucho más agradable este sorprendente juego de colores, quizá más apropiado que un retrato más naturalista. La denominación de Fauves se aplicó a Matisse y a sus amigos Dufy, Dérain, Vlaminck, entre otros; en el Salón de Otoño, donde coinciden con los primeros expresionistas alemanes, de los cuales ellos eran una variante mediterránea que manifestaba sencillamente y sin trasfondo dramático y transcendental, la ilusión por la vida, de los artistas, expresión que es, precisamente, el título de otro cuadro de Matisse. El acto de presentación de las obras de estos artistas, provocó un considerable escándalo de la crítica. Entre otros insultos se deja caer el nombre de jaula de las fieras refiriéndose al conjunto de artistas que hemos citado. De esta manera una tanto casual quedó bautizado el movimiento presentado oficialmente como tal el año 1907.

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