lunes, 28 de marzo de 2011

AMARILLO, ROJO Y AZUL (KANDINSKY)

Esta pintura pertenece a Kandinsky, del año 1925, y pertenece al movimiento de arte abstracto. Es una pintura al óleo sobre lienzo.

La característica principal de esta obra es la unión de formas regulares como círculos, rectángulos y triángulos con formas libres y gestuales como la serpenteante línea negra. Como su título indica los colores predominantes en esta pintura son el amarillo, el rojo y el azul repartidos por toda la escena.

El cuadro aparece dividido en dos partes sobre un fondo plano que representa un espacio impreciso definido con la ayuda de colores pálidos. A un lado domina el amarillo, rodeado de líneas oblicuas finas y aceradas que recuerdan la forma triangular. En el lado opuesto un círculo azul está parcialmente cubierto por una línea ondulante negra y cuadrados rojos. La disposición de los diferentes elementos no deja nada al azar, consiguiendo crear una fuerte tensión entre las diferentes formas y valores cromáticos. El ritmo, presente en las obras de esta época, se consigue mediante violentos contrastes de color que otorgan vitalidad a la composición. El conjunto adquiere una dimensión cósmica y espiritual. El cuadro puede ser interpretado como el enfrentamiento entre el amarillo y el azul que, sin duda, simboliza la oposición entre el día y la noche. El rojo podría ser símbolo neutro, el antecesor de ambos, como amanecer o atardecer.

En la obra consigue transmitir un gran dinamismo y mucha energía al contraponer líneas y manchas de colores brillantes que armonizan entre sí.

Hay que comentar que el concepto de arte abstracto designa una serie de tendencias en pintura, escultura y artes gráficas, que rechazan la copia o la imitación de todo modelo exterior a la conciencia del artista. Se entiende por arte abstracto aquel que prescinde de toda figuración (espacio real, objetos, paisajes, figuras, seres animados e incluso formas geométricas si se representan como objetos reales, con iluminación y perspectiva); según esta acepción, una obra abstracta no puede hacer referencia a algo exterior a la obra en sí misma, sino que propone una nueva realidad distinta a la natural. Pero la abstracción pura, en la que no hay referencia alguna a realidades naturales, surgió alrededor de 1910, como reacción al realismo, e influido por la aparición de la fotografía que provocó la crisis del arte figurativo. Es una de las manifestaciones más significativas del arte del siglo XX. Este lenguaje se elaboró a partir de las experiencias de vanguardia precedentes. Por un lado, el fauvismo y el expresionismo liberaron el color, lo que derivó hacia la abstracción lírica o informalismo. Otra vía fue la del cubismo, que hizo hincapié en la conceptualización de la forma y de la composición, lo que llevó a otro tipo de abstracción, las diferentes abstracciones geométricas y constructivas. Tanto la abstracción geométrica como la abstracción lírica son a menudo totalmente abstractas. Por lo tanto, ya desde sus comienzos, el arte abstracto ha tendido hacia dos polos: uno, cuyos orígenes se remontan al fauvismo, es libre y lírico; el otro, inspirándose más en el cubismo, es rigurosamente geométrico.

La obra, según formas y colores, se puede relacionar con el arte abstracto lirico o informalista.

Actualmente se encuentra en el Centro de Arte Georges Pompidou (París).


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