viernes, 4 de febrero de 2011

MADONNA DEL JILGUERO (RAFAEL)

Se trata de la “Virgen del jilguero” (en italiano Madonna del cardellino) es una pintura del artista renacentista italiano Rafael Sanzio, datada hacia 1505, pertenece al Cinquecento italiano. Es una pintura al óleo sobre tabla con unas dimensiones de 107 centímetros de alto y 77 cm. de ancho. Se conserva en la Galería Uffizi de Florencia, Italia.

En esta pintura, como en la mayor parte de las Vírgenes de su periodo florentino, Rafael colocó las tres figuras (la Virgen María, el Niño Jesús a la derecha y san Juanito), dentro de un dibujo geométrico. Aunque las posiciones de los tres cuerpos son naturales, juntos forman un triángulo prácticamente regular. Esta estructura piramidal, concebida por Leonardo y seguida por muchos autores, era la mejor forma de jerarquizar y representar a los personajes del primer plano. Predomina en la obra la línea curva por lo que la obra se dota de movilidad y ritmo.

Se nos presenta a la virgen como una mujer de su época, joven, llena de amor, de ternura hacia su hijo y San Juan Bautista que desnudos o semidesnudos juegan con un jilguero, mientras que ella sostiene un libro abierto. La anatomía es todavía esa redondez blanda, pero que denota un gran conocimiento de la anatomía humana. Los colores son claros, suaves, transparentes, con dominio de lo cálido. Toda la composición se llena de un notable equilibrio y serenidad. La Virgen sostiene un libro, lo que permite identificarla como Sedes Sapientiae («Asiento de la Sabiduría»). El jilguero es un símbolo de la futura muerte violenta de Cristo. San Juan ofrece el jilguero a Cristo como advertencia en relación con su futuro.

En este cuadro la lección de Leonardo emerge en particular en la oscuridad del terreno y del tratamiento atmosférico del paisaje del fondo, que se pierde en las brumas del horizonte. Es una naturaleza viva, real, en continuo dinamismo y movimiento. El sfumato es esa atmósfera propia, envolvente, que da profundidad al cuadro y que envuelve el fondo paisajístico con las figuras del primer plano. Los rostros del Bautista y de Cristo también tienen una impronta inconfundiblemente leonardesca en el esfumado que les rodea y en la forma de construir sus rasgos.

En el estudio del modelado se deja sentir el conocimiento de Miguel Ángel, como se puede apreciar por ejemplo en las rodillas de María, voluminosas y prominentes. Posee el encanto poético de las primeras obras rafaelescas, en los rostros, las poses, en la gama cromática caracterizada por la alternancia clasicista entre rojos y azules, en la luz uniforme, alegre y clara, ya que es cenital (con un claro simbolismo de la divinidad).

En su etapa florentina, Rafael se fija en el estilo de los dos grandes maestros, Leonardo da Vinci y Miguel Ángel, tomando del primero la técnica del sfumato y del segundo sus poderosos modelados, la disposición en profundidad y el enlace de los cuerpos entre sí. De sus obras de esta etapa se deduce ya el potencial que ofrece como artista, destacando sobre todo por pintar una serie de “Madonnas”, realizadas al óleo sobre tabla. En estas “Vírgenes con Niño” se funde en un perfecto equilibrio el sentido renacentista de la belleza con el idealismo neoplatónico y la devoción cristiana. En ellas Rafael se muestra como un perfecto ejemplo del equilibrio clasicista del siglo XVI, con gran sentido de la medida, la simetría y la claridad compositiva, la plasmación de la belleza ideal, las luces diáfanas y el encanto en el uso del color.

Es una Virgen con Niño y san Juanito ejecutada durante la estancia de Rafael en Florencia. La Virgen fue un regalo de bodas de Rafael a su amigo Lorenzo Nasi. El 17 de noviembre de 1548 la casa de Nasi quedó destruida por un terremoto, y la pintura se partió en diecisiete fragmentos. Escribe en el año 1568 Giorgio Vasari: «Encontraron las piezas entre el mortero de las ruinas, fueron donde Battista, hijo de Lorenzo, muy amante del arte, para que la rehiciera de la mejor manera que pudiese». Fue restaurada poco después, pero el daño aún resulta visible.

Los análisis con rayos X permitieron ver las fracturas entre las piezas, rellenas por nueva pintura. La esquina inferior izquierda fue completamente rehecho, así como un rectángulo correspondiente a la pierna de Jesús. Entre el año 2000 y el 2002 se han hecho investigaciones para una nueva restauración, terminada en 2008.

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