L a imagen a comentar es La escuela de Atenas. Su autor es Rafael Sanzio e hizo esta pintura a petición del Papa Julio II, éste lo llamó por indicación de Bramante con carácter urgente, y Rafael abandonó Florencia, donde se encontraba en ese momento. La pintura fue hecha entre los años 1510 y 1511. Se encuentra en Estancia de la Signatura, en el Vaticano, Roma.
Se trata de una pintura al fresco semicircular de gran tamaño. La característica principal de esta obra es el tono de colores suaves y la perspectiva de los diferentes personajes.
Es una alegoría que representa la rama de la filosofía que se ocupa de las ciencias terrenales. En la estancia, se sitúa enfrente de la Disputa del Sacramento, que alude a la verdad revelada.
Dentro de este templo clásico vemos dos hornacinas que contienen estatuas gigantescas. Una de ellas es Atenea, la diosa de la inteligencia, y la otra Apolo (aparecen como grisallas), dios de las artes y de la música. Estos dos dioses, que defienden el templo desde sus nichos, están acompañados de relieves. Debajo de Apolo el del rapto de las nereidas, una escena mitológica que representa a hombres desnudos raptando mujeres. El mensaje que Rafael pretendía transmitir con ello era que la inteligencia somete a los instintos.
En el centro de la composición vemos a Platón, con barbas, ya anciano, que contrasta con Aristóteles, en el apogeo de su fuerza corporal. Platón lleva el Timeo (libro donde recoge su filosofía) en una mano, mientras señala el cielo con la otra. Esto es porque su filosofía se centra en la idea, es más metafísica, quiere abarcar el cosmos. Sin embargo Aristóteles, que lleva la Ética, señala la Tierra con un bello escorzo, ya que su filosofía se basa en la observación de la naturaleza y del hombre mediante la razón. Pretende organizar el mundo con su pensamiento.
Alrededor de estos dos maestros aparecen, bien en grupos o bien solos, diferentes personajes, que representan movimientos de la filosofía griega. Algunos están escuchando lo que discurren en diálogo apasionado los dos maestros. Algo apartado, a la izquierda, Sócrates, con facha de Sileno, platica con un grupo mixto de gentes de la calle, las que él acostumbraba a tratar.
Diógenes se encuentra tirado en el suelo. Los otros son fáciles de identificar; los describieron con sus nombres escritores contemporáneos: Epicuro, Aristipo, Pitágoras, que está escribiendo, tras él una persona con un turbante, Averroes, que parece espiar lo que éste está haciendo, Arquímedes, Tolomeo con una bola, Zoroastro, Heráclito apoyado sobre un codo, Euclides, con un grupo de discípulos, trabajando con el compás etc. Es interesante comentar que Rafael se ha atrevido a poner a los diferentes personajes rostros de hombres contemporáneos. Platón, por ejemplo, no es otro que su maestro, Leonardo da Vinci, Heráclito Miguel Ángel, Euclides Bramante. Introdujo también personajes de la época, como Francisco María della Rovere, un nombre de origen florentino, que aparecerá bastante en las pinturas de Rafael.Rafael se autorretrata junto a la pilastra del extremo derecho mirando al espectador.
Los diferentes grupos de personajes se ubican de manera simétrica, dejando el espacio central vacío para contemplar mejor a los protagonistas, recortados ante un fondo celeste e iluminados por un potente foco de luz que resalta la monumentalidad de la construcción. Los gestos, las expresiones o los movimientos de las figuras están interpretados con sabiduría, creando un conjunto dotado de gracia y vitalidad. Los colores son muy variados, utilizando brillantes tonalidades con los que refuerza la personalidad de las figuras y la variedad y monumentalidad del conjunto.
En el fondo arquitectónico utilizado, queda patente el homenaje a la arquitectura de la Antigüedad. Aunque también se piensa que quiso reproducir la basílica de San Pedro del Vaticano todavía en construcción
Con esta imagen, Sanzio demuestra la superación definitiva de los modelos florentinos iniciando su floreciente periodo romano.
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