1º COMENTARIO
La obra que comentamos es un óleo sobre lienzo que recibe el título de "Bodegón con manzanas y naranjas", obra pintada por Paul Cézanne entre 1895 y 1900.Cézanne empieza a pintar dentro del grupo Impresionista, pero sólo unos años, porque pronto le cansa ese tipo de pintura y emprende un nuevo estilo muy personal y diferente. Por eso mismo se incluye también en el grupo de los Postimpresionistas, como Van Gogh y Gauguin, artistas todos ellos que aunque comienzan su andadura artística con el grupo impresionista, posteriormente siguen un camino propio y diferente.
En este cuadro Cézanne representa un bodegón o naturaleza muerta, género representado en variadas ocasiones por el pintor pues le permitía experimentar en su visión de la pintura. De hecho, para Cezánne en vez de la luz, el protagonismo en la pintura deben asumirlo las formas que se perfilan en los objetos y lugares que pintamos, porque son precisamente las formas de las cosas las que nunca cambian por diferente que sea la luz que les dé, y porque son las formas las que realmente sabemos siempre cómo son. Por tanto deben de destacarse las formas en los cuadros. Es más, la mejor manera de reforzar su protagonismo, dándole además una sensación más rotunda a las pinturas, es ir reduciendo esas formas a figuras geométricas básicas, como círculos, esferas, cilindros, cubos, rectángulos….Por lo demás, el color en la pintura de Cézanne sigue teniendo la misma importancia que ya le habían dado los impresionistas, lo que ocurre es que ahora él lo utiliza no para potenciar la luz, sino precisamente para modelar sus figuras de una forma más voluminosa y rotunda, porque son las gradaciones de color y el sombrado con color el que modela los objetos.
En este cuadro las piezas de fruta destacan por su esfericidad. Algunas realmente no parecen tales frutas, sino simples círculos o esferas, cuyos volúmenes nos vienen dados por la precisión de los contornos y perfiles, construidos a través de la modulación del color que en este caso sólo cuenta con una sola gama de tonos, rojos y naranjas.
Otra característica interesante de este cuadro y de la mayoría de sus naturalezas muertas es el tratamiento de la perspectiva, que rompe totalmente con las normas tradicionales: Se puede ver en el cuadro que algunos objetos presentan una doble visión perspectiva. Así el cuenco que en el centro guarda la fruta presenta en su parte superior un punto de vista y en su parte inferior otro, como visto desde arriba. Y lo mismo ocurre con los distintos objetos entre sí. Mientras el plato de la izquierda presenta una perspectiva casi cenital, la jarra se ve frontalmente. Con ello la composición se enriquece porque nos está dando dentro de una misma imagen múltiples puntos de vista, igual que si nosotros nos moviéramos delante de esta mesa con fruta.
Cézanne formará junto a pintores como Van Gogh o Gauguin la segunda generación de pintores que partiendo de la corriente impresionista evoluciona hacia una concepción distinta de la pintura en la que no sólo el color sino también la forma cobra especial importancia. Así se considera a Cézanne el precursor del cubismo.
2º COMENTARIO
Esta pintura es conocida como Manzanas y Naranjas y fue realizada por P. Cézanne, entre los años 1895-1900. Actualmente la pintura se encuentra en el Museo d'Orsay, París.
Se trata de una pintura sobre tabla, con un género de pintura figurativa de naturaleza, donde representa un conjunto de manzanas sobre una fuente y un plato, acompañadas por una jarra. Todos estos elementos se encuentran sobre una sábana blanca, encima de un sofá. La técnica utilizada es el óleo.
Presenta una composición triangular, y la forman el plato con las manzanas, la fuente y la jarra. En cuanto al color, el autor busca un equilibrio, utilizando tanto colores fríos como cálidos, con una pincelada espesa. La luz es artificial, y el autor intenta encontrar contrastes. El dibujo es enérgico debido a que predomina la línea muy marcada. Los objetos han sido coloreados de forma que tienen apariencia de tridimensionalidad. Esto se ha conseguido mediante el uso de la luz y sus contrastes, el color y sus escorzos.
La obra puede clasificarse dentro del estilo del impresionista. Debido a tendencia natural de la pintura, el autor estaba obsesionado en el estudio de los volúmenes, que sería la experimentación a base de naturalezas muertas, que son siempre el mejor ejercicio para el estudio de las formas. Esto le sirve para reducir los objetos a formas geométricas esenciales. Así destaca en todas las piezas de fruta la rotundidad de su esfericidad. Algunas realmente no parecen tales frutas, sino simples círculos o esferas, cuyos volúmenes nos vienen dados por la rotundidad de los contornos y perfiles, y por los efectos de color matizados por la luz. En este sentido, el color en el que predomina una sola gama, en este caso de rojos y naranjas, se enriquece de tal modo de matices que consigue una perfecta armonía cromática, y consigue con ello modelar los volúmenes, que es precisamente lo que él buscaba, y es el nuevo papel que Cézanne le asigna al color. Esto es visible en el mantel, cuyos pliegues, duros y aristados, como acartonados, adquieren el volumen y relieve por efecto de los matices de color. El color es el elemento que le da solidez a las formas. Compositivamente, se advierte un marcado triángulo, con el frutero central en su vértice, que crea la estructura estable y sólida sobre la que estructurar una pintura igualmente firme y consistente. Este aspecto es fundamental porque anticipa precisamente la gran aportación de cubistas, la multiplicidad de los puntos de vista de una imagen en un cuadro. Debido a su situación económica, puede dedicarse únicamente a su pintura. Esta es una visión intelectualizada de la realidad, muy distante de la concepción simplemente visual que tenía de esa misma realidad los impresionistas. Es por ello por lo que la aportación de Cézanne a la historia de la pintura es muy importante, porque como los grandes artistas se anticipa a las grandes conquistas de la expresión plástica.
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