La Obra propuesta para comentar es la fachada o imafronte de la catedral de Murcia. Realizada por el arquitecto Jaime Bort entre 1736 y 1754 por iniciativa del cabildo y, en especial, del cardenal Belluga, con esta obra se finalizaba la construcción de la catedral que había comenzado en el siglo XV.
La fachada es concebida como una enorme fachada-retablo en piedra siendo más una obra escultórica que arquitectónica. Se organiza en tres cuerpos separados por grandes columnas corintias cuyas bases y entablamentos sobresalen otorgando movimiento a la fachada, denotan la división del interior en tres naves y acentúan de esta forma el sentido de profundidad. Se abren tres puertas, que corresponden a las tres naves del interior. La puerta central, llamada del Perdón, está reservada a los personajes reales, a la izquierda, la de San Juan para el Obispo, y a la derecha, la de San José, para las autoridades municipales. Los cuerpos laterales se rematan con una balaustrada mientras que en el central se levanta un segundo cuerpo que se remata con una bóveda de cuarto de esfera y una cornisa. Dos volutas unen los cuerpos laterales al central mientras que están ambos cuerpos flanqueados por dos torrecillas semicirculares coronadas por cupulillas. Se recurre en la fachada al uso de diferentes materiales y colores (piedra blanca, verde y gris) creando efectos de policromía que junto al movimiento de la fachada y a los contraste de luces y sombras consecuencia de la distinta profundidad de los elementos arquitectónicos, hacen de esta fachada un claro exponente del arte barroco.
Toda la fachada está cubierta de relieves y estatuas, concebida como si se tratase de un retablo. Sobre la puerta central se representa el tema de la Coronación de la Virgen, el milagro de la Cruz de Caravaca y rematando la fachada un relieve que representa la asunción de la Virgen. Rematando la fachada había una escultura del apóstol Santiago que fue suprimida en 1803 por su elevado peso. El resto de los elementos que componen el imafronte son: símbolos y alegorías de las letanías, figuras de los santos más característicos del Obispado, como los cuatro santos de Cartagena (San Leandro, San Fulgencio, San Isidoro y Sta. Florentina), la estatua de Fernando III el Santo, que porta la ciudad de Murcia, simbolizando la incorporación del Reino a la Corona de Castilla, así como figuras de santos (Santo Tomás, Santa Teresa, San Hermenegildo, etc…).
Nos encontramos ante una de las obras más representativas del barroco español. A mitad de camino entre la arquitectura y la escultura, toda la fachada es concebida como una exaltación de la Archidiócesis de Cartagena y está dedicada a la Virgen. Así junto a la representación de la Asunción y Coronación de la Virgen, aparecen diferentes símbolos marianos (como el jarrón con azucenas) y santos vinculados a dicha diócesis. La escultura de Santiago que coronaba el edificio hace alusión a la tradición que sitúa en el puerto de Cartagena la supuesta entrada que hizo el apóstol en la península para predicar. Por otro lado aparecen dos reyes santos también vinculados con la historia de la archidiócesis como San Hermenegildo y San Fernando, llevando éste último sobre sus manos una maqueta de la ciudad de Murcia, conquistada bajo su reinado. Así mismo aparecen los santos más importantes originarios de la diócesis. En los extremos aparecen los "pilares" de la Iglesia representados por los santos Pedro y Pablo así como por Santo Tomás y santa Teresa de Jesús.
Para concluir hay que decir que la fachada de la Catedral de Murcia no es sólo es la última gran obra del barroco español sino una de las más importantes por su riqueza decorativa y calidad escultórica hasta el punto de que creó una escuela de escultores paralela a la creada por Salzillo y que convierte a Murcia en uno de los focos escultóricos más importantes del siglo XVIII.
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