El Panteón era originalmente un templo dedicado a todos los dioses celestes (Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), que encargó el cónsul Marco Vespasiano Agripa.
El material principal era el hormigón, la composición del hormigón romano era cemento mezclado al agua sobrante. Constaba de una planta centralizada y una cúpula y un pórtico de columnas en el pronaos.
En el exterior, el pórtico del Panteón sigue los modelos de los templos griegos: consta de ocho enormes columnas de granito sobre las que descansa el entablamento, con una inscripción referida a la construcción por Agripa. Como remate del pórtico se encuentra un frontón.
Algunas de las columnas de granito gris y rojos son de procedencia egipcia. Tras el pórtico encontramos una enorme cúpula.
En la planta se combinan la forma rectangular del pórtico y la circular de la cella influenciado por el tholos griego.
En el interior destacan los materiales nobles empleados y la cúpula de cuarenta metros y con un diámetro de treinta y dos metros. La cúpula está decorada en el interior con cinco filas de casetones pintados, que disminuyen su tamaño a medida que ascienden y llegan a un óculo de 8,9 m de diámetro que proporciona luz al interior y gran cantidad de luces y sombras. El óculo estaba rodeado por una cornisa de bronce fijada a la cúpula en la última fila de casetones, la abertura circular simboliza el sol. La distancia entre el suelo y la parte más alta de la cúpula es de treinta y dos metros, dando lugar a una esfera. La cúpula se sustenta sobre un tambor con arcos reforzados. Antes cubierta con tejas de bronce pero hoy queda toda al descubierto.
Parece ser que iba a estar precedido por una plaza porticada que nunca se llegó a realizar.
El Panteón, un templo hecho para honrar a todos los dioses de la cosmología latina, es el diamante de ese buen puñado de edificios notables que el emperador hispano dejó como legado a la ciudad que supo gobernar con justicia. Recibió el nombre de Panteón de Agripa porque fue el yerno de Augusto, Marco Agripa, el que levantó el edificio original en el año 27. La principal novedad del edificio fue su gran cúpula, que tardó bastante en ser superada. Es el edificio antiguo mejor conservado de Roma. En el año 609 fue transformado en iglesia, lo que supuso que este edificio se siguiera utilizando y pudiera conservarse hasta nuestros días.
Este edificio se convirtió en un modelo para muchos arquitectos posteriores, sobre todo del Renacimiento y el Barroco.
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