viernes, 14 de enero de 2011

ARCO DE TITO

Este arco se sitúa encima de la vía Sacra, enfrente al Coliseo, dando entrada al Foro. Se trata de un arco simple, de un solo vano, de planta rectangular, aunque sus lados no son muy desiguales. La combinación arco-dintel se consigue mediante enjutas, que se sitúan en un plano inferior, rehundidas respecto al resto de la construcción. Se levanta sobre un podium elevado, en el que se asientan en cada lado dos columnas de orden compuesto en las que se sitúan sendas hornacinas rectangulares de pequeño tamaño. En el ático superior se recoge la dedicatoria al general Tito. Este arco se construyó en la época del emperador Vespasiano, para conmemorar la victoria de su hijo Tito, sobre los judíos en el año 70 de nuestra era, culminada con la toma de Jerusalén y la destrucción de su templo.

En los relieves del friso y las enjutas se muestra la preparación de la campaña. El interior abovedado nos presenta la gloria de la victoria. A un lado, el desfile triunfal de las legiones romanas transportando el botín del templo de Salomón, como el candelabro de los siete brazos o la mesa de los sacrificios. También se representa el escudo y el nombre de la legión vencedora. En el lado opuesto, aparece el general Tito en su cuádriga, acompañado de sus generales, precedido por dos figuras, la que porta casco y lleva las riendas parece ser la personificación de Roma, y la otra un genio desnudo, podría representar al Senado o al Pueblo romano.

Es una obra arquitectónica romana civil, conmemorativa, realizada por la dinastía Flavia en el siglo I, concretamente en el año 81 después de Cristo. Pertenece por tanto, al estilo clásico imperial. No se conoce el autor ya que en la arquitectura romana permanece el nombre del mecenas o comitente, puesto que el artista no goza de ninguna consideración social.

Junto con la columna conmemorativa, el arco de triunfo es también otro edificio conmemorativo que es un aporte propio del arte romano. Dentro de la tipología de arcos de triunfo existen de tres o cuatro vanos o pórticos, estaban culminados con una cuadriga que simbolizaba al emperador entrando triunfal tras la victoria. Como ejemplos tenemos el arco de Septimio Severo con tres vanos y el de Cáparra (España) de cuatro y supone una excepción.


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